Egoísta o no, quiero luchar por ti.

Ojos oscuros, piel morena, cabello negro, espaldas anchas, sonrisa curvada con un deje de sensualidad y una llamativa arrogancia, cuando te vi mis ojos quedaron hipnotizados teniendo la extraña sensación de querer verte, de contemplarte. Era una sensación única, de aquellas que dejan en el ser algo especial, que dejan la sensación de buscar más de ella.

Me hablaste, y tu voz fue una melodía que quedó grabada en el pentagrama de mi corazón y aunque no me dijiste nada especial para mí fue suficiente para saber que tu si lo eras. Extrañamente contigo cómoda desde un principio sin temor a hablarte y con el único miedo a no agradarte o a ser una molestia para ti.

En ese momento y sin proponértelo ya te habías metido en mi mente y hasta el día de hoy no te he podido sacar, desde que te conocí noche tras noche he soñado contigo, sueños que muestran lo que en realidad quisiera vivir a tu lado, fantasías de mi mente que avivan aquellas sensaciones que me provocaste.

Nuevamente te encontré después de casi un mes sin verte, nuevamente aquel hechizo que me invadió en la primera ocasión surgió efecto, tú estabas sentado con tus amigos y en medio de la oscuridad del lugar donde te encontrabas, te vi, no había duda que eras tú, desvié la mirada y sentí como la tuya se clavo en mi, vagamente intente creer que eran alucinaciones mías, que era un truco bien planeado entre mi mente y mi corazón para ilusionarme, pero al alzar mi mirada que ya hacia clavada en el piso, me encontré con tus ojos, esos ojos oscuros que penetrantemente y sin vergüenza me observaban.

Me acerque a saludarte me miraste y te levantaste como el caballero que estoy segura que eres, sentí algo lindo en ese momento, por alguna extraña razón sé que te agrado, que de alguna manera no te soy del todo indiferente el problema es que no sé cómo tener la certeza, no tengo la más remota idea de cómo probarlo…

Sin embargo, poco después de haberte visto y de haber provocado una turbulencia en mi desenfrenado corazón, me entere que tenias novia, en ese momento sentí que una llama de esas que mantienen vivo el corazón se apagaba, pero de inmediato se encendieron tres más… y es que desde ese momento en mi mente solo ha rondado la idea de luchar por ti, de conquistarte…

Creo que estoy siendo egoísta, pero que puedo hacer no puedo evitar el querer luchar por ti, querer que esa mirada oscura pero encantadora sea solo para mí, pero entonces me acorrala de inmediato la culpa, de saber que me estaría metiendo en una relación, la culpa al saber que te deseo pero tu estas con otra persona, no sé ni si quiera quien es aquella chica, pero sé que simplemente te quiero a mi lado y no al de ella…

Los seres humanos somos seres complejos, los prohibido siempre nos parece lo más apetecido, son para nosotros los manjares más finos, son un mar de confusiones en donde nuestros deseos se ven limitados por las condiciones, por los prejuicios, por nuestros propios miedos y ataduras… No sé qué hacer… Solo puedo decir en mi defensa, que: quien no ha tenido un amor no correspondido, quien no ha visto en lo prohibido el más dulce de los postres… Más de uno estoy segura que lo ha vivido, la diferencia está en las decisiones que tomamos, y hoy yo he decidido luchar por ti, o al menos intentarlo… Si estoy siendo egoísta o no, eso no lo sé… solo sé que a diferencia de otros casos algo dentro me dice que no te deje ir…